domingo

mar


Ellos estaban ahí dentro, mirándome. Eran ojos pingüinos, esculturas de la calle; caminaban a la par de mi andar, nadaron, golpearon puertas. Se ve que algo hay de ellos en mi ADN.
Estaban conmigo, en mi sueño. Me mostraron mar y cerro, luces y una pareja. Son dibujos reales, doblemente reales, no son máscaras, son espejos, son lagunas y recuerdos. Son ojos con patas de pingüino.
Todo esto sucedió en una camionetita, en viaje con amigas hacia algún lugar. En mi mente, en mi cama.

martes

cuando no puede

Julia elige tirarse en el pasto de un parque a esperar la muerte que nunca llega...piensa...
No sabe si es una decisión propia, es una especie de compromiso, dice. Es que ya no le interesan los compromisos, sólo quiere sonreir sinceramente; busca, necesita un sentido.
Sigue esperando, sigue acostada sobre el pasto, sigue viviendo y muriendo.
Anhela despertar y que ese dolor se haya ido, que no esté más en su pecho. Es un dolor que se adueña de su corazón, de su garganta, que sube y sube.
No puede más, trata y quiere, una y otra vez de tocerlo, estornudarlo, o vomitarlo. Vomitarlos.
La atraviesan y la quiebran en mil formas imperceptibles, que la tienden sobre el pasto, en donde espera.
Es como un lápiz que cuando le sacan punta se rompe y se rompe. Nada está firme. Está naufragando lentamente en un mar de palabras carnívoras, ya algunas son parte de ella.
No quiere que la coman, quiere que la maten.

lunes


Para los días de Fermín era muy necesario sentir el sol rozándole la piel, lo hacía sentir vivo. El siempre decía: "cuando pensas que estas arriba solo se ve oscuridad". Se notaba en cada cosa que hacía por su caminar.
Pasó el primer día de primavera voraz en su viejo itinerario, lugar muy ventoso, de altos pinos que casi el cielo tocan y de calles angostas. Ese día se dio cuenta que la queja ya no entraba en su vida.
Alejado del mundo, de donde sólo salía a dejar algo de él por algunos instantes, entendió que ese pedacito de cuerpo que dejaba abarcaría todos los momentos y, ese viento, maldito viento para una época de su historia, se había convertido en un viento sin palabras, simplificador de las cosas.
¡Candela se te callo la mochila!, le gritó Fermín a una niña que jugaba y andaba enfrente suyo por las calles del lugar.
¡No e mía, ta dompida!, le respondió la nena.
En la penumbra de quejas de sus días anteriores, en su interior marcado por el miedo y la vergüenza, un árbol lo hizo callar:
Deja de pensar, le dijo. Nadie más que él lo escuchó.
El golpe en la cabeza fue muy duro, pero no lo lastimó, sólo lo hizo transparentar.


Caminado por mi memoria, de repente me encuentro en un autobús donde la forma de viajar cómodamente era acostándonos uno al lado del otro y, en lo placentero del viaje, me quedé dormida.
Me despierto al termino del recorrido del bus, al bajar decido que lo mejor seria cambiarme el pantalón, no recuerdo el porque, creo que solo se trato de una decisión absurda. El cambio de ropa se me complico un poquito, a plena luz del día y en la calle, cuando estaba en pleno proceso de cambio empiezo a darme cuenta que un gran dolor imposibilitaba mis piernas, lo mas absurdo es que lo sabia pero no lo sentía. Lo complicado es que no había podido lograr el cambio de prenda, con lo cual me encontraba en bombacha y sin poder movilizarme con facilidad.
En la desesperación por la situación veo que en una de las esquinas de donde me encontraba (en una plaza o cerca, en Bolivia) habían dos cholas en la puerta de una casa, con todo lo complejo de la situación igual me dirigí hacia ellas: ¡¡Hola, por favor déjenme pasar, que estoy desnuda y no puedo estar así en la calle, y me duelen mucho las piernas, por favor..!! repitiéndolo varias veces con cierto tono patético.
Las mujeres se miraron y se preguntaron si me podrían dejar pasar, porque dentro del lugar se encontraba el "Chaman" (?) quien en ese momento permanecía ocupado.
Pero bueno mijita entre, dijeron. Al entrar me acuesto sobre el suelo de cemento, todo era cemento. El ambiente donde me encontraba era como una sala de estar de cierta luz rojiza, y en la habitación de enfrente la puerta era una cortina de color parecido.
Mientras que observaba el lugar, sale de la habitación el "Chaman" del cual hablaban las señoras.
Hola Cecilia sabia que ibas a venir.. lo interrumpí con mis patéticas y vergonzosas disculpas. No te preocupes, me dijo, te estaba esperando, yo ahora me voy a seguir con lo que estaba haciendo..
La persona que se encontraba con el se trataba de Carla, vieja conocida del secundario.
Tenia una panza muy grande y sus cachetes rechonchos.
Hola Carla, eras vos la que estabas con el.
Si me está ayudando a que cuando sea la hora tenga parto normal.
En ese instante agarra unos cuencos con comida que se encontraban en el comienzo del pasillo de la sala. No recuerdo que contenía cada cuenco, solo uno: ¿Me convidas un poco de eso por favor?. Si toma... después de una larga conversación se va a seguir con lo que estaba haciendo.
Lo que me había convidado era un garbanzo. Durante todo este lapso yo seguía tendida en el suelo, al terminar de comer mis granitos de garbanzos, me doy vuelta mirando hacia arriba y la veo a mi mamá : Ay ceci siempre igual, quédate tranquila que yo te ayudo a cambiarte.
No se si estaba ahí realmente o si se trataba del efecto del garbanzo, pero lo que paso es que ya no estaba desnuda y podía caminar.
En ese momento aparece Julián que me venia a buscar para salir a vivir el día.

sábado

luna


Hablando de cosas sin relevancia, empezamos a escuchar que dentro mio, desde mi estomago y por mi garganta sale un TIC TAC.
Lo siento y lo escucho, al instante me surgen unas carcajadas producidas por el reciente acontecimiento sin justificación científica.
¡Contengo burbujas de reloj dentro mio!
La locura no nos dejaba pensar mucho. Afuera la luna llena y el gato que llora a todo trapo por no estar dentro, junto a nosotros. Lo observo, lo mimo y le encanta.
La noche se torno día y el día noche, los pliegues de su piel fueron montañas y mar de aguas cálidas. Todo es un remolino hermoso con vos, porque es con vos.
Ahora el sol pega duro y la noche aún más.
El gato no deja de pedir caricias, ronronea, maúlla, franelea, disfruta del sol y de la sombra, hasta que el sueño lo vence.
Todo está calmo, escucho unas voces a lo lejos que me acomodan espacialmente, puedo sentir como los poros se abren y se mojan; al igual que ayer, los pájaros nunca dejaron de cantar.


viernes


Queríamos hacer unas entradas nuevas. A mi se me había ocurrido usar una vieja y como resultado quedo una mano en forma de saludo hawaiano...
Se trataba de un lugar grande, un edificio, como una escuela, había gente de todo tipo, gente muy querida, otra no tanto y desconocidos. Llovía a cantaros, muchísima agua cayendo del cielo, ese cielo que nunca mire.
Durante su apogeo recuerdo a Luz hablándome de forma extraña y a sus rulos a los cuales los movía muy graciosamente. Tenia un sobrino que quería compartirlo conmigo, el era discapacitado y ella sabía muchas cosas, como tratarlo, como atenderlo, mucha dedicación, pero sobre todo mucho amor. Nunca la había visto tan exaltada de felicidad.
Se tornaba difícil pasar hacia el otro ambiente, teníamos que cruzar un gran patio para lograrlo.  No se que era lo que hacia que quiera ir hacia allá, si la complicación o que todos lo querían también.
La idea era caminar hasta cierto punto, hasta que las zapatillas se empiecen a mojar y cambiarlas por unas botas de lluvia, idea que para mi opinión era sin sentido.
Renuncie al paso (camino cascada de lluvia), mi corazón no latía más fuerte al pensar en estar del otro lado así que resolví que no era tan importante, además carecía de unas buenas botas de lluvia.
Al volver me encontré en una habitación no antes visitada, pero dentro de ella se encontraban mis mejores amigas.
No recuerdo el dialogo, solo recuerdo que se trataba de libros o bibliotecas y muchas, muchas risas. Ella quería y no quería, como siempre la eterna indecisión indefinida.

miércoles

Ella mira por la ventana, busca nuevas formas, formas que ingresan por la retina del ojo y luego se expanden en su mente.
Desde niña lo siente, nuestra sociedad es desigual y el poco compromiso con la situación el semejante es moneda corriente, lo importante es ser "alguien" dentro de este mundo que de pequeño te brinda un futuro prefabricado, donde la rutina, las cosas que nos gustan, lo que hacemos, la vida en sí está planeada y prelimitada...
Esto la acongoja, la humilla, la disuelve.
Partiendo de esto, llegamos a conformar familias y a su vez sociedades donde la base esta totalmente carente de amor. El desarrollo del narcisismo, desencadena en mentes ocupadas en la estética propia, en encajar, en estar al tanto o a tiempo con lo "nuevo"de la moda o de la televisión, manteniéndose distraída con superficialidades y no con la realidad del mundo y su interior.
Piensa en cuanto tendrá que ver y cuanto no, si algún día dejara de rodar y rodar, si el suelo firme existe de verdad.
Cualquier reacción a sentimiento de vacio, uno busca ser un poco "más" de lo que se cree que ya es, consumiendo, sobresaliendo, siendo exitoso.
¿Soy amor o no lo dejo ser? quiero parar de una vez. Nunca deja de recriminarse, es una pobre cándida y a la vez no.
El amor se ha visto, en general por nuestros medios de comunicación, como algo de poca relevancia, algo "fácil de conseguir", o también como un sinónimo de sufrimiento.
Exhibición, falta de privacidad, tomarse la vida como una novela.
Y ella sigue en la búsqueda de su emancipación, luchando con ella misma para los demás.
Banalización del amor.
Miedos.
Miedo al amor, a la muerte. Miedo al después, al olvido.