lunes



Caminado por mi memoria, de repente me encuentro en un autobús donde la forma de viajar cómodamente era acostándonos uno al lado del otro y, en lo placentero del viaje, me quedé dormida.
Me despierto al termino del recorrido del bus, al bajar decido que lo mejor seria cambiarme el pantalón, no recuerdo el porque, creo que solo se trato de una decisión absurda. El cambio de ropa se me complico un poquito, a plena luz del día y en la calle, cuando estaba en pleno proceso de cambio empiezo a darme cuenta que un gran dolor imposibilitaba mis piernas, lo mas absurdo es que lo sabia pero no lo sentía. Lo complicado es que no había podido lograr el cambio de prenda, con lo cual me encontraba en bombacha y sin poder movilizarme con facilidad.
En la desesperación por la situación veo que en una de las esquinas de donde me encontraba (en una plaza o cerca, en Bolivia) habían dos cholas en la puerta de una casa, con todo lo complejo de la situación igual me dirigí hacia ellas: ¡¡Hola, por favor déjenme pasar, que estoy desnuda y no puedo estar así en la calle, y me duelen mucho las piernas, por favor..!! repitiéndolo varias veces con cierto tono patético.
Las mujeres se miraron y se preguntaron si me podrían dejar pasar, porque dentro del lugar se encontraba el "Chaman" (?) quien en ese momento permanecía ocupado.
Pero bueno mijita entre, dijeron. Al entrar me acuesto sobre el suelo de cemento, todo era cemento. El ambiente donde me encontraba era como una sala de estar de cierta luz rojiza, y en la habitación de enfrente la puerta era una cortina de color parecido.
Mientras que observaba el lugar, sale de la habitación el "Chaman" del cual hablaban las señoras.
Hola Cecilia sabia que ibas a venir.. lo interrumpí con mis patéticas y vergonzosas disculpas. No te preocupes, me dijo, te estaba esperando, yo ahora me voy a seguir con lo que estaba haciendo..
La persona que se encontraba con el se trataba de Carla, vieja conocida del secundario.
Tenia una panza muy grande y sus cachetes rechonchos.
Hola Carla, eras vos la que estabas con el.
Si me está ayudando a que cuando sea la hora tenga parto normal.
En ese instante agarra unos cuencos con comida que se encontraban en el comienzo del pasillo de la sala. No recuerdo que contenía cada cuenco, solo uno: ¿Me convidas un poco de eso por favor?. Si toma... después de una larga conversación se va a seguir con lo que estaba haciendo.
Lo que me había convidado era un garbanzo. Durante todo este lapso yo seguía tendida en el suelo, al terminar de comer mis granitos de garbanzos, me doy vuelta mirando hacia arriba y la veo a mi mamá : Ay ceci siempre igual, quédate tranquila que yo te ayudo a cambiarte.
No se si estaba ahí realmente o si se trataba del efecto del garbanzo, pero lo que paso es que ya no estaba desnuda y podía caminar.
En ese momento aparece Julián que me venia a buscar para salir a vivir el día.

3 comentarios:

  1. hermosa! me encanta como escribís, lo profundo de tu amor, de tus palabras. todo de vos.
    ¡Te amo!

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  2. Buenisimo todo lo q escribis ceci, me encan-can-can-canta!

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  3. ei, y por aca nada nuevo? quiero leer mas!
    te quiero ce, y me dio como una cosita alegre el ver tu firma, estas cosas de la internet.

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